
Como todos los años, y son varios los que llevo aquí, las laderas del valle del Genil, en sus proximidades a Granada, arden devoradas por las llamas en una absurda tradición. Se que hoy hace demasiado calor, que los pastos se han secado y son como la pólvora, pero....¿¡Todos los años igual!?. Demasiada casualidad, no me cuadra, demasiadas nuevas urbanizaciones en la zona, esperaré a escuchar la versión oficial en las noticias...no sé.
Mientras escribo los helicópteros siguen sobrevolando nuestras cabezas.
Miedo me da subir a verlo, miedo me da.