

Cantera y barranco, pedregal de largas caidas, agujeros y cuevas. Esa es la casa de mi vecino el mochuelo, del que solo un par de cientos de metros me separan. Varias ocasiones he ido a visitarlo, pero aún no me he ganado su confianza por completo. De momento me entretengo con las viejas lentes, soñando con imagenes mas nítidas, aunque no por eso mas cercanas.
Algún día lograré sentarme cara a cara con él, igual que tu
Ángel. Va por ti y gracias por "controlar". Un abrazo y saludos a los malandrines (a todos).
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