Todos los inviernos, huyendo del frío, los mirlos acuatícos bajan de la sierra siguiendo el curso del Genil, hasta colocarse a escasos metros de mi casa, casi en el límite urbano de Granada. Este año se me ha pasado corroborar estas mini-migraciones, así que habrá que subir río arriba para verlos, y ganas no me faltan.Un ave preciosa, singular en su comportamiento, dependiente del medio fluvial de aguas limpias de donde obtiene su substento...buceando!.
