En el portaequipajes: hide, monopié, rótula, agua y comida. En la mochila, la cámara, el flash y el 70-300. Hoy de visita a un arroyo al que van a refrescarse los gavilanes, y donde no se han acercado ni los pekes. Solo un cerrojillo, que ha pasado de largo (muy propio de estos días pasar sin casi saludar, sobre todo si eres pajarillo migrador), y un jilguero, que tras mucho pensárselo, me tiro no me tiro (al agua se entiende), ha sido convencido por una avispa muy pejiguera para cambiar de emplazamiento. Paseito al equipo en toda regla, y la tarjeta casi tiritando. Menos mal que anocheciendo la tormenta le ha dado vida a la tarde.
2 comentarios:
Buenas fotos tormentosas. Se impone una excursioncilla (sin bici, of course). ¡Me estoy oxidandoooooo!
ya sabes que por mi "encantao" Jorge, esta época es buena para patear monte, eso si, si no llueve mucho.
Aunque no se si voy a saber andar, ultimamente solo salgo a pedales jeje.
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