Mi amor por los mochuelos se ha ido desvaneciendo a medida que ellos se desvanecían. No quedan apenas en mi paisaje diario prepirenaico. Demolidas las ruinas o, lo que es lo mismo, convertidas en palacetes kitsch. Arrasados los muros de piedra con las caterpillar de las extensiones agrarias. Quemados los viejos sauces y nogales, incoherentes con la nueva geografía campesina. Es ahora una rareza ornítica oír o ver al rechoncho gimnasta.
Una lástima Francisco, espero al menos que se mantengan esos encuetros esporádicos. Por aquí sus maullidos en los barrancos son frecuentes, y espero que se mantengan por mucho tiempo.
3 comentarios:
Mi amor por los mochuelos se ha ido desvaneciendo a medida que ellos se desvanecían. No quedan apenas en mi paisaje diario prepirenaico. Demolidas las ruinas o, lo que es lo mismo, convertidas en palacetes kitsch. Arrasados los muros de piedra con las caterpillar de las extensiones agrarias. Quemados los viejos sauces y nogales, incoherentes con la nueva geografía campesina. Es ahora una rareza ornítica oír o ver al rechoncho gimnasta.
Una lástima Francisco, espero al menos que se mantengan esos encuetros esporádicos. Por aquí sus maullidos en los barrancos son frecuentes, y espero que se mantengan por mucho tiempo.
Que foto más guapa.
En toda mi vida de pajarero no me he topado con ninguno, pero les tengo casi tantas ganas como a los "Martines"...
Un saludo
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