
...y la del pinzón, y la del búho real, el cérnicalo, el mochuelo, la urraca, el carbonero, las currucas, las tarabillas, el chotacabras, la liebre, el sapo, las mantis (y paro que me está subiendo el cabreo).
Como todos los años, y son varios los que llevo aquí, las laderas del valle del Genil, en sus proximidades a Granada, arden devoradas por las llamas en una absurda tradición. Se que hoy hace demasiado calor, que los pastos se han secado y son como la pólvora, pero....¿¡Todos los años igual!?. Demasiada casualidad, no me cuadra, demasiadas nuevas urbanizaciones en la zona, esperaré a escuchar la versión oficial en las noticias...no sé.
Mientras escribo los helicópteros siguen sobrevolando nuestras cabezas.
Miedo me da subir a verlo, miedo me da.